La intervención psicológica individual está enfocada al tratamiento de trastornos del neurodesarrollo, dificultades de/en el aprendizaje, que se dan por causas neurológicas u otras causas contextuales, y los conflictos emocionales y conductuales que pueden surgir en la infancia y adolescencia. 

El objetivo es entrenar el funcionamiento de los procesos cognitivos implicados en el aprendizaje de cada alumno/a, así como mejorar habilidades emocionales que se pueden manifestar en diferentes contextos, ya sea el hogar, el colegio u otro entorno social. De esta manera, además del entrenamiento neurológico, se trabajan otros aspectos que estén afectando al aprendizaje, como problemas de autoestima, motivación, frustración, desadaptación escolar o conflictos entre compañeros/as; al igual que otras dificultades como hiperactividad y control de impulsos, comportamiento desafiante, ansiedad o adaptación a nuevas situaciones estresantes.

El proceso terapéutico se adapta a las necesidades de cada niño/a o adolescente para acompañarlos en el camino de conocerse mejor a sí mismos y se les ofrecen herramientas de afrontamiento, tanto a ellos/as como a sus padres/madres.

Algunos trastornos y ámbitos de trabajo son: